«Ha sido lento y difícil el discutir el pensamiento de Carlos Marx y de Federico Engels en el contexto de una sociedad como la de Chiapas, gobernada por oligarcas desde hace largo tiempo. A ello se unen los prejuicios y distorsiones del pensamiento de ambos filósofos-científicos sociales, por parte del pensamiento religioso. Hace 50 años, por ejemplo, en 1968, hablar de Marx en Chiapas era exponerse a la represión y aún, a la cárcel, por el sólo hecho de mencionar su nombre. La llegada de la Universidad contribuyó a que se abrieran los espacios y hoy, aunque persisten los prejuicios en amplios sectores de la sociedad chiapaneca, uno puede hablar de Marx con cierta libertad. (…) Desde mi punto de vista, el mayor legado de Marx y Engels es la sistematización del pensamiento crítico en una propuesta para estudiar a las sociedades humanas y su personificación histórica»